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Se trata del irlandés Christy O'Connor Senior, hoy de 91 años, que entre 1955 y 1974 declinó la citación para formar parte del prestigioso field; por qué dijo "no" repetidamente.

Cada enero durante dos décadas, un sobre con el sello del Augusta National Golf Club cayó en la casilla de correos (de las antiguas) ofreciéndole a Christy O'Connor Senior un lugar en el field del Masters. No hay invitación más codiciada en el golf que jugar en aquel edén de magnolias y azaleas del estado de Georgia, y el privilegio se extiende también a periodistas y al público en general. Pero cada año, este irlandés que hoy tiene 91 años rechazó la convocatoria con una nota amable y sin rodeos.

No puede haber invitación en este deporte más honorable que un pase de acceso para el primer Major del año; sin embargo, aunque parezca difícil de entender, O'Connor no se movió un ápice en su postura de quedarse en su casa de Dublín. No fue un jugador más en el Viejo Continente: ganó 24 títulos del Tour Europeo, finalizó 2° en el British Open de 1955 y participó diez veces en la Copa Ryder. Méritos no le faltaban, pero este duro batallador de los links dio sus razones para darle la espalda al Masters desde 1955 hasta 1974. ¿Cuáles fueron?: "Jamás tuve sponsors que apoyaran mi carrera económicamente. Entonces, ¿cómo iba a pagar los costos de mi viaje a los Estados Unidos?", se pregunta. "No podía darme ese lujo; el dinero que ganaba no era tan abundante", agrega.

Las finanzas no eran lo único que lo obligaba a declinar codearse con los venerables socios uniformados con saco verde. "Mi juego estaba invariablemente maltrecho después del invierno irlandés y el primer torneo que jugaba en mi calendario era en abril, coincidentemente con el Masters. Y nunca llegaba bien preparado para esa fecha".

Cuarenta años atrás, este hombre que hoy sigue residiendo en Dublín era bastante incrédulo acerca de la importancia de la cita en Augusta. "Ahora siempre veo el Masters por TV, pero en aquella época era un torneo más. Era lo mismo que ir al US Open o al British Open", comenta.

El de O'Connor no es el único caso de un golfista que rechaza invitaciones para el Masters. El carismático norteamericano Lee Trevino dejó de lado el certamen cuatro veces en la década del '70 porque consideraba que el campo no se ajustaba a su juego. Incluso, no se sentía bienvenido por las autoridades del Augusta National, al punto que una vez rechazó cambiarse los zapatos en el vestuario de los jugadores y prefirió hacerlo en el estacionamiento del club.

O'Connor no se arrepiente de sus veinte "No gracias" al Masters, más allá de la incredulidad general. "Amé lo que hice, me considero un afortunado. Cuando miro atrás, me hubiese encantado ganar el Masters. Así y todo, mi corazón no se quebró por lo que decidí".

Por Gastón Saiz | canchallena.com

Fuente: Golf.com.